Tipos de cordones para macramé

Tipos de cordones para macramé: cuál elegir y por qué

Elegir el cordón adecuado es el primer paso para que tu proyecto de macramé tenga el acabado y la resistencia que deseas. En esta guía te enseño a distinguir los tres tipos principales de cordones —trenzado, torcido y peinado—, sus medidas más habituales y en qué tipo de piezas se usan mejor. Así podrás elegir con seguridad, sin dudas.

Índice de contenido
  1. Qué es un cordón de macramé
  2. Tipos de cordones: trenzado, torcido y peinado
  3. Grosor y medidas más habituales
  4. Qué tipo usar según el proyecto
  5. Errores comunes al elegir el cordón
  6. Consejos finales para trabajarlo y cuidarlo

Qué es un cordón de macramé

El cordón de macramé es un tipo de hilo grueso o cuerda diseñado para hacer nudos decorativos. A diferencia del hilo de crochet o del trapillo, el cordón tiene más cuerpo y consistencia, lo que permite que los nudos mantengan su forma y volumen. Puede estar hecho de algodón, lino, yute, poliéster reciclado o una mezcla de fibras naturales y sintéticas.

Según cómo se haya fabricado o trenzado, encontramos tres grandes familias: cordón torcido, cordón trenzado y cordón peinado. Cada uno tiene un aspecto y un comportamiento distinto.

Tipos de cordones: trenzado, torcido y peinado

  • Cordón torcido Es el clásico de los proyectos de macramé. Está formado por varias hebras enrolladas entre sí en espiral, lo que le da un tacto firme y una apariencia artesanal. Se deshilacha con facilidad al cortar, así que suele usarse para proyectos con flecos o terminaciones cepilladas. Ideal para: tapices, plumas decorativas, colgantes de pared.
cordón torcido para macramé
  • Cordón trenzado Se fabrica entrelazando varias hebras sin torsión visible. Es más compacto y resistente que el torcido, y no se deshace al cortar. Su superficie es lisa y uniforme, perfecta para piezas que se manipulan mucho o que deben soportar peso. Ideal para: maceteros, bolsos, accesorios, cortinas.
cordón trenzado para macramé
  • Cordón peinado También llamado “cordón de una hebra”. Es suave, sin torsión, y se puede cepillar fácilmente para crear acabados vaporosos o efectos de flecos muy pulidos. No es tan resistente como los anteriores, pero ofrece una caída elegante. Ideal para: plumas, borlas, detalles decorativos y tapices ligeros.
cordón peinado para macramé

Grosor y medidas más habituales

El grosor del cordón se mide en milímetros y determina tanto el aspecto como la escala del nudo. Cuanto más grueso, más grande y visible será el diseño. Los más comunes son:

Grosor (mm) Aspecto Usos recomendados
2–3 mm Fino y flexible Pequeños accesorios, collares, llaveros
4–5 mm Equilibrado y versátil Tapices medianos, maceteros, bolsos
6–8 mm Grueso y decorativo Cortinas, cabeceros, proyectos XL

Un detalle importante: el mismo grosor puede variar ligeramente según el tipo (torcido, trenzado o peinado) y el material. Si dudas, corta un trozo y prueba un par de nudos antes de empezar el proyecto completo.

Qué tipo usar según el proyecto

  • Tapices y decoración mural: cordón torcido o peinado, por su textura y facilidad para deshilachar los extremos.
  • Maceteros colgantes: cordón trenzado de 4–5 mm, resistente y uniforme.
  • Bolsos o cinturones: cordón trenzado o torcido grueso (5–6 mm).
  • Plumas y borlas: cordón peinado de 3–4 mm para un acabado suave y expandido.
  • Proyectos exteriores: cordón sintético o encerado, más resistente a la humedad.
proyectos de macramé hechos con cordón

Errores comunes al elegir el cordón

  • Elegir un cordón demasiado fino para proyectos grandes: los nudos quedan pequeños y poco definidos.
  • No comprobar la torsión: los cordones torcidos se abren fácilmente si se manipulan en exceso.
  • Usar materiales distintos en una misma pieza (por ejemplo, algodón con poliéster) sin probar antes cómo se comportan.
  • No medir bien la cantidad: los proyectos de macramé consumen más cordón del que parece. Calcula siempre un 20 % extra.

🌸 Consejos finales para trabajarlo y cuidarlo

Para un acabado limpio y duradero:

  • Corta los extremos con tijeras afiladas y, si es sintético, puedes sellarlos con calor (solo unos segundos).
  • Cepilla los flecos con un peine de púas finas o una carda, siempre en la misma dirección.
  • Evita la humedad: guarda tus cordones en bolsas de tela o cajas ventiladas.
  • Planifica los colores: en proyectos grandes, teje primero una muestra para ver cómo luce la combinación.

Conociendo los tipos y grosores de cordón, podrás adaptar cualquier patrón de macramé y disfrutar del proceso sin sorpresas.

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